24/8/10

Historia del mantón de Manila


Su nombre está asociado al Puerto de Manila (Filipinas), donde la colonia española desembarcaba los productos traídos del Lejano Oriente durante el siglo XVI. En realidad el origen de esta prenda está en China donde se realizaban en seda y estaban bordados a mano generalmente de flores o pájaros. En un principio estaban decorados con dragones, bambú o pagodas (decoraciones típicas chinas). Sobre sus dimensiones es significativo mencionar que debía - por lo menos - cubrir toda la espalda y llegar al extremo de cada brazo, cuando éstos se ubican en posición de cruz con el torso. Por otro lado es de destacar que cuanto más liviano esté confeccionado, mucho mejor para poder soportarlo cómodamente sobre el cuerpo y lucirlo con más prestancia al efectuar movimientos o figuras (en este último caso y más precisamente, se hace referencia a su utilización generalizada por las bailaoras de flamenco).

El origen del bordado de Mantón está en China. Los primeros mantones bordados y otras prendas, como quimonos, cojines o cuadros se hacen en China. Tradicionalmente se realizaban en seda y estaban bordados a mano con motivos florales de la naturaleza como flores, pájaros, y motivos Chinos: pagodas, dragones...todo ambientado en el paisaje oriental.
Aunque su origen se encuentra en China, es la capital de Filipinas, antigua colonia española, la que le ha dado nombre. En la época imperial española (siglo XVI) el comercio marítimo se concreta en varias rutas: Una de ellas es la ruta de Manila (Filipinas) a Veracruz (México) y a Sevilla (España). Por tanto, Sevilla conoce el mantón traído de Manila  muy prontamente y su elaboración y uso por parte de la población se extiende rápidamente por muchos puntos de la provincia, llegando a formar parte de su identidad cultural  y de su folclore.






En poco tiempo, las decoraciones chinas de los mantones fueron sustituidas por motivos autóctonos; desaparecieron los dragones, el bambú y las pagodas y aparecieron rosetones y pájaros, rosas, claveles y otras flores, cada una con su significado (lirio: pureza; margarita: impaciencia; rosa: secreto; girasol: fidelidad…). También fue en Andalucía donde se le añadieron los flecos y con ellos una amplia gama de nudos y enrejados que fueron pasando de madres a hijas llegando hasta nuestros días.
Poco a poco, el mantón de Manila se fue convirtiendo en una prenda habitual del vestido femenino por toda la geografia española, y más especialmente en las tierras del sur, tanto entre las mujeres pudientes de la alta sociedad como entre las clases populares. La moda pasó y el mantón dejó de ser vestido cotidiano, pero quedó asociado al vestuario flamenco, sobre todo de bailaora, y a los vestuarios regionales.

1 comentario:

selma dijo...

Ce beau chale brodé et fini avec du macramé existe des deux cotés de la méditéeranée, il continue à faire parti de la garde robe de la femme surtout pendant les cérémonies(mariages, baptêmes…..), c'est un art à part entière!
selma